Occupational factors strongly influence Long-COVID risk
Un estudio de cohorte en Cataluña muestra que las personas que trabajan en los ámbitos sanitario, social, educativo, del pequeño comercio y del transporte tienen mayor riesgo de COVID persistente
Los factores relacionados con el trabajo desempeñan un papel significativo e independiente en el riesgo de desarrollar COVID persistente, según un nuevo estudio basado en la cohorte COVICAT y liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", en colaboración con la Universidad de Turín y el Institut Germans Trias i Pujol (IGTP). Los resultados, publicados en la revista BMJ Occupational & Environmental Medicine, destacan que una parte sustancial de COVID persistente podría prevenirse mediante medidas y políticas específicas en el lugar de trabajo.
El impacto sanitario de la COVID persistente dista mucho de haber terminado. Más allá de las infecciones que siguen causando enfermedad y muertes en todo el mundo, millones de personas viven con consecuencias de salud duraderas. A nivel global, alrededor de 6 de cada 100 casos desarrollan COVID persistente, lo que equivale a 400 millones de personas afectadas y a un impacto económico anual de aproximadamente un billón de dólares, es decir, el 1% de la economía mundial.
"Los factores laborales se han asociado con la incidencia y gravedad de la infección por SARS-CoV-2. Pero los determinantes laborales de la COVID persistente se conocen poco", explica Kurt Straif, investigador de ISGlobal y coordinador del estudio. Este vacío de conocimiento motivó a los investigadores a explorar si los entornos y ocupaciones laborales influyen en el riesgo de COVID persistente, a partir de los datos de COVICAT, una cohorte poblacional establecida en Cataluña al inicio de la pandemia.
El análisis incluyó a 2.054 personas adultas empleadas de la cohorte COVICAT que habían tenido una infección confirmada por SARS-CoV-2, tenían entre 18 y 70 años al inicio, respondieron a las tres encuestas de seguimiento (2020-2023) y aportaron información laboral completa. De ellas, 486 (23,7%) desarrollaron COVID persistente. La mayoría presentó síntomas neurológicos (64%), seguidos por musculoesqueléticos (38%) y respiratorios (28%).
Principales factores de riesgo: ¿quiénes son más vulnerables?
Entre los factores individuales asociados a un mayor riesgo de COVID persistente se encontraron ser mujer, tener bajo nivel educativo, obesidad, multimorbilidad y haber experimentado infecciones por SARS-CoV2 más frecuentes o más graves. En cambio, la vacunación contra la COVID-19 antes de la infección, haber pasado la primera infección durante la ola Ómicron y una mayor edad fueron factores protectores.
La ocupación también surgió como un determinante fuerte e independiente. Las personas con trabajos considerados de alto riesgo frente a la COVID-19 tuvieron un 44% más de probabilidades de desarrollar COVID persistente en comparación con quienes trabajan en ocupaciones de bajo riesgo. Trabajar presencialmente en lugar de teletrabajar aumentó el riesgo un 57%; el uso infrecuente o inconsistente de mascarillas FFP2/FFP3 lo incrementó hasta un 52%; y desplazarse regularmente en transporte público lo aumentó un 58%. El grupo de ocupaciones con mayor riesgo incluyó profesionales sanitarios y de servicios sociales, docentes, personal de comercio minorista, transporte y seguridad.
"Estos resultados son coherentes con la evidencia internacional emergente y sugieren varios mecanismos a través de los cuales las exposiciones laborales pueden influir en el desarrollo del COVID persistente", señala Sara de Matteis, investigadora de la Universidad de Turín y primera autora del estudio. Entre los posibles mecanismos se incluyen una mayor exposición viral en profesiones con alto contacto con pacientes y público, y una respuesta inmunitaria debilitada debido a altas demandas físicas o estrés laboral.
Implicaciones para la prevención y las políticas públicas
Los resultados refuerzan la necesidad de medidas en el ámbito laboral, como el uso adecuado de equipos de protección personal, mascarillas y estrategias para reducir el contacto estrecho, no solo para prevenir la infección, sino también para mitigar las consecuencias a largo plazo.
"Dado que los factores laborales son modificables, nuestros resultados indican que gran parte de la carga asociada al COVID persistente podría evitarse con medidas específicas", afirma Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y coautor del estudio. Las personas autoras hacen un llamamiento a reforzar las campañas de vacunación frente a la COVID-19, proporcionar mascarillas FFP2/FFP3 y realizar chequeos de salud periódicos para ocupaciones de alto riesgo. También instan a los responsables políticos a ampliar el reconocimiento y la compensación de la COVID persistente ligada al empleo.
Este estudio es fruto del esfuerzo conjunto de ISGlobal, IGTP y la Universidad de Turín. Se basa en los datos de la cohorte COVICAT, integrada en el proyecto GCAT-una gran cohorte poblacional catalana coordinada por el IGTP, que desde 2020 y en coordinación con ISGlobal, lleva a cabo un seguimiento dedicado para evaluar los efectos a largo plazo de la COVID-19.
Referencia
De Matteis S, Consonni D, Espinosa A, de Cid R, Blay N, Castaño-Vinyals G, Karachaliou M, Alba Hidalgo MA, Papantoniou K, Garcia J, Kogevinas M, Straif K. Occupational determinants of Long-COVID in the population-based COVICAT cohort. 2025. BMJ OEM. DOI:10.1136/oemed-2025-EPICOHabstracts.140