Germans Trias descubre un marcador para predecir si la infección por tuberculosis puede acabar derivando hacia la enfermedad
El descubrimiento, publicado en la revista Pathogens, abre la puerta a acelerar el diseño de vacunas o tratamientos eficientes contra la enfermedad.
Una de las muchas incógnitas de la comunidad científica, y que dura desde hace ya muchos años, tiene que ver con una enfermedad contagiosa como la tuberculosis. En concreto, en cómo y por qué la infección con el bacilo que la causa termina derivando en la manifestación de la tuberculosis; es decir, por qué, globalmente, sólo el 10% de las personas infectadas la acaban desarrollando.
Germans Trias lleva más de 25 años estudiando esta progresión de la tuberculosis, de infección a enfermedad. Sin embargo, esta investigación acaba de dar sus frutos, ya que, tal y como se ha publicado recientemente en un artículo en la revista Pathogens, los servicios de Microbiología y de Radiodiagnóstico del Hospital Germans Trias acaban de describir, por primera vez en el mundo, un mecanismo de actuación de la tuberculosis que se convierte en un nuevo marcador predictivo de la enfermedad, que a medio plazo puede permitir acelerar el diseño de una vacuna que evite la progresión de una enfermedad que afecta a 10 millones de personas cada año en el mundo (unas 4.000 en España y un millar en Catalunya).
A grandes rasgos, la investigación, que ha contado con el apoyo de la Fundació "la Caixa", ha descubierto que en los casos en que la infección progresa hacia la enfermedad se repite un mismo patrón: cuando el bacilo que infecta al macrófago alveolar crece de forma extracelular, la lesión que causa crecede forma desmedida, generándose pequeñas pero múltiples lesiones 'hijas': "Hay un punto crítico, en el que la infección degenera en enfermedad, en el que pasamos de una lesión de un milímetro a una de un centímetro. Además, esto sucede rápidamente, en cuestión de 15 días, lo que cuestiona mucho la idea que teníamos de la tuberculosis como enfermedad que se genera lentamente", explica Pere Joan Cardona, especialista e investigador en Microbiología y Parasitología del Hospital y responsable del grupo de investigación de Microbiología Clínica y Experimental del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP). Para Isabel Nogueira, investigadora y radióloga del Hospital, la identificación por imágenes de escáner de una lesión central acompañada de múltiples lesiones a su alrededor "marcan claramente el cambio de tuberculosis contenida hacia enfermedad progresiva activa".
El equipo de Cardona ya había demostrado este comportamiento hace más de una década en estudios realizados con ratones, los únicos que hasta ahora trataban de explicar la evolución de infección tuberculosa a tuberculosis activa en forma de enfermedad. Sin embargo, la consolidación de esta teoría ha venido ahora después de haberse comprobado de manera idéntica en macacos, gracias a unas imágenes procedentes de un laboratorio referente de la Public Health England analizadas por Nogueira, con el apoyo del grupo BIOCOM-SC de la UPC. "La confirmación de esta hipótesis aporta un nuevo parámetro para el diseño de nuevas vacunas, que impedirían la generación de estas lesiones hijas y, consecuentemente, evitarían la enfermedad", añade Cardona.
La tuberculosis es una enfermedad que afecta principalmente a los pulmones y que puede llegar a ser mortal si no se trata, así como dejar secuelas en forma de fibrosis pulmonares y otras afectaciones respiratorias que empeoran la calidad de vida del paciente. Puede presentarse de forma aguda y más grave en las personas con pocas defensas como, por ejemplo, los niños, las personas mayores, las personas portadoras del virus del sida o con cáncer o diabetes. En este sentido, se trata de una infección más extendida de lo que se piensa, pero una vez detectada, cuenta con un tratamiento efectivo que dura unos cuatro meses. La detección de la lesión grande que evidencia la existencia de la enfermedad se realiza a través de una radiografía de tórax, pero, en cambio, la infección sólo puede comprobarse a través de la prueba de la tuberculina.