La contaminación del aire no se asocia con un mayor riesgo de infección, pero sí con un mayor riesgo de enfermar por COVID-19
El GCAT participa en un estudio que examina la asociación entre anticuerpos antivirales, síntomas de COVID-19 y exposición prolongada a la contaminación atmosférica en una cohorte de Cataluña
La exposición prolongada a la contaminación del aire se asocia con un mayor riesgo de enfermar por COVID-19 en aquellas personas que se infectan, indica un estudio co-liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", y coliderado por el proyecto GCAT| Genomes for Life- Institut d'Investigació Germans Trias i Pujol (IGTP) de Badalona. El estudio, publicado en Environment Health Perspectives, proporciona un argumento adicional a favor de los beneficios para la salud de reducir la contaminación atmosférica.
La exposición prolongada a la contaminación del aire se asocia con un mayor riesgo de enfermar por COVID-19 en aquellas personas que se infectan, indica un estudio co-liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa", y coliderado por el proyecto GCAT' Genomes for Life- Institut d'Investigació Germans Trias i Pujol (IGTP) de Badalona. El estudio, publicado en Environment Health Perspectives, proporciona un argumento adicional a favor de los beneficios para la salud de reducir la contaminación atmosférica.
Una serie de estudios sugieren que las regiones con mayores niveles prepandémicos de contaminación atmosférica tuvieron una mayor incidencia de casos y muertes por COVID-19. Sin embargo, la explicación detrás de esta asociación aún no está clara; podría ser que la contaminación aumente la transmisión viral por vía aérea, o bien que aumente la susceptibilidad de una persona a infectarse o a enfermar de COVID-19. "El problema es que los estudios previos se basaron en casos confirmados, que fueron diagnosticados, pero pasaron por alto todos los casos asintomáticos o que no se diagnosticaron," explica Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio.
El equipo investigador decidió combinar la tecnología desarrollada por el equipo de Carlota Dobaño para medir una serie de anticuerpos antivirales en una cohorte de individuos residentes en Cataluña (la cohorte COVICAT), con información sobre la exposición residencial de dichos individuos a contaminantes atmosféricos (NO2, PM2.5, hollín y ozono).
"Este es el primer estudio que realiza un cribaje masivo de anticuerpos anti-SARS-CoV-2 en una cohorte de adultos para examinar la asociación entre su exposición prolongada a la contaminación del aire antes de la pandemia, la infección por SAR-CoV-2 y la enfermedad," comenta Cathryn Tonne, coautora sénior del estudio junto con Dobaño.
El estudio incluyó a 9.605 participantes en total, entre los cuales había 481 casos confirmados (5%). Además, se tomaron muestras de sangre a poco más de 4.000 participantes para determinar la presencia y cantidad de anticuerpos IgM, IgA e IgG frente a cinco antígenos virales. El 18% de estas personas tenía anticuerpos frente al virus, pero no se encontró asociación entre infección y exposición a contaminantes. Sin embargo, para las personas seropositivas (es decir, que se infectaron), sí se encontró una asociación entre mayor exposición al NO2 y PM2.5 y niveles más elevados de IgG contra los cinco antígenos virales (lo cual indica mayor carga infecciosa y/o gravedad de síntomas).
Para la población total (los 9.605 participantes) se encontró una asociación entre mayor exposición a NO2 o PM2.5 y enfermedad (síntomas), sobre todo para los casos graves que acabaron en el hospital o en terapia intensiva. La asociación con PM2.5 fue más fuerte para hombres mayores de 60 años y personas viviendo en zonas desfavorecidas.
"Nuestro estudio proporciona la evidencia más contundente hasta ahora sobre la asociación entre contaminación del aire y COVID-19", comenta Kogevinas. "Los resultados van en línea con la asociación entre contaminación y hospitalización que se ha descrito para otras infecciones respiratorias como gripe o neumonía". La contaminación también podría contribuir favoreciendo condiciones crónicas, como las cardiovasculares o respiratorias, que aumentan el riesgo de enfermar gravemente por COVID-19.
"La combinación de los riesgos genéticos individuales que hemos identificado previamente en los participantes de COVICAT y estos nuevos datos sobre el impacto ambiental causado por la exposición a la contaminación del aire contribuirán a comprender la compleja interacción y los mecanismos que subyacen a la gravedad del COVID-19", afirma Rafael de Cid, del IGTP.
Las y los autores subrayan que los resultados proporcionan un argumento adicional en relación a los beneficios para la salud pública de reducir los niveles de contaminación atmosférica, y ponen en evidencia el impacto de los factores ambientales sobre las enfermedades infecciosas.
Referencia:
Kogevinas M, Castaño-Vinyals G, Karahcaliou M, et al. Ambient air pollution in relation to SARS-CoV-2 infection, antibody response, and COVID-19 disease: a cohort study in Catalonia, Spain (COVICAT study). 2021. Env Health Persp