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Nuevas estrategias para diagnosticar y tratar patologías renales

- Investigación

El 11 de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón, este año centrado en una buena calidad de vida con la enfermedad renal. Actualmente el 10% de la población mundial está afectada por enfermedad renal crónica (ERC) y más de 2 millones de personas en todo el mundo reciben tratamiento de diálisis o un trasplante de riñón. En el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP), el grupo de investigación de en enfermedades renales y de Innovación en vesículas y células para la aplicación en terapia (REMAR-IVECAT), liderado por Francesc Borràs, está trabajando para mejorar el diagnóstico y tratamiento de esta patología. Por un lado, el grupo estudia nuevos biomarcadores para monitorizar de manera no invasiva los procesos patológicos que afectan el riñón y, por otra parte, estudia la aplicación de terapias avanzadas, siendo un grupo pionero en la utilización de vesículas extracelulares (VE), de las que están estudiando su uso como herramienta terapéutica para abordar las patologías renales.

Como en otras familias de enfermedades, el diagnóstico es clave para avanzar los tratamientos y pronosticar posibles complicaciones. En este sentido, el grupo en el IGTP está investigando el uso de nuevos biomarcadores, menos invasivos, para poder detectar enfermedades renales. Actualmente, para detectar este tipo de enfermedades se realiza una biopsia renal, que es el procedimiento estándar para diagnosticar la mayoría de las patologías que afectan a los riñones. Sin embargo, este método invasivo es de repetibilidad limitada y a menudo describe un daño renal irreversible. Por eso el grupo trabaja en la identificación de biomarcadores en orina, es decir, encontrar indicadores en orina de los pacientes, una muestra apenas invasiva, más barata, metodológicamente más sencillo y muy precisa. Además, al no ser invasiva, se pueden hacer pruebas de manera más continua, permitiendo un mayor control de la patología y una mayor calidad de vida para los pacientes en el seguimiento de la enfermedad.

La otra principal línea de investigación del grupo son las terapias avanzadas. Son un grupo de terapias que no se fundamentan en tratamientos de base química y farmacológica. En este caso, el grupo está desarrollando nuevas herramientas terapéuticas basadas en células o en vesículas extracelulares, que permitan tratar a los pacientes y tengan menos efectos secundarios. Estas terapias supondrían un cambio importante en la calidad de vida de los pacientes y una mayor durabilidad de los efectos de la terapia. "Mayoritariamente, las patologías renales tienen tratamiento y conocemos las posibles complicaciones, uno de los retos principales ahora es tener nuevas herramientas para la gestión clínica de los pacientes y que estos puedan vivir mejor con la enfermedad, además de encontrar mejores alternativas a los tratamientos actuales", valora Borràs.