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Revisión sobre las recomendaciones de consumo de alcohol en pacientes con enfermedades hepáticas

El Dr. Fuster, médico e investigador en Can Ruti, es coautor del artículo publicado en NEJM

- Investigación

El Dr. Daniel Fuster de la Unidad de Adicciones, en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol i el Instituto de Investigación (IGTP), es coautor de un artículo de revisión histórica sobre el uso de alcohol con pacientes con enfermedades hepáticas crónicas, junto con el Dr. Jeffrey H Samet, en el Boston Medical Center y University School of Medicine. El artículo se ha publicado en la revista New England Journal of Medicine.

El consumo mundial de alcohol es el séptimo factor de riesgo principal, tanto por la muerte como por los costes sociales y económicos asociados a la enfermedad. Es responsable de cerca del 7% de las muertes en hombres y más del 2% en mujeres, cuando se corrige por edad. Los costes globales representan más de un 1% del producto nacional bruto de los países con rendas bajas y medias; esto incluye los costes de violencia y accidentes de tráfico, que son mucho más altos que los costes que se puedan asociar en sanidad. A pesar de ello, la percepción general del alcohol para el público general es mucho más favorable que otras drogas de consumo social, incluyendo el tabaco.

La enfermedad hepática alcohólica es la principal enfermedad asociada con alcohol. Hay otros causantes de enfermedades del hígado, como el caso de la infección por de la hepatitis C, pero los tratamientos de la infección están mejorando, de forma que el alcohol se convertirá muy probablemente en la principal causa de enfermedad hepática en el mundo. El hígado es un órgano vital que es responsable de muchas tareas que, familiarmente, podemos llamar 'domésticas', incluyendo la limpieza y almacenaje. La enfermedad hepática alcohólica se caracteriza por distintos cambios en el hígado, de los más pequeños afectando a nivel celular, hasta en engorde y pérdida de actividad y daño cicatriz que le lleve a dejar de funcionar correctamente.

En este artículo, Fuster y Samet describen el estado del conocimiento médico sobre los efectos del consumo de alcohol en distintas formas de enfermedad hepática, sobre como evaluar el uso del alcohol en pacientes y las terapias (farmacológicas y no farmacológicas) para evitar que los pacientes con enfermedad hepática crónica continúen consumiendo alcohol. Un artículo de este tipo en una revista de este nivel será de consulta habitual para médicos y estudiantes por todo. Repasamos con el Dr. Fuster algunas de las principales conclusiones del artículo.

¿Las distintas etapas de la enfermedad hepática relacionada con el alcohol progresan de forma gradual?

No. Hay distintas formas de cicatrices o de daño hepático relacionado con el alcohol, y las distintas formas pueden coexistir en diferentes partes del hígado en una misma persona. Las causas de muerte relacionadas con el hígado, en pacientes con enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol, pueden ir desde la insuficiencia hepática progresiva hasta el cáncer de hígado, según los casos. Además, otras enfermedades, como la diabetes, la hepatitis C o la obesidad están asociadas a una progresión más rápida y menor prognosis para las personas con enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol. En este artículo también comentamos como el consumo de alcohol permite el crecimiento de distintos grupos de bacterias en el intestino y lo hace más permeable, permitiendo una sustancia en sangre conocida como endotoxina, lo que lleva a la progresiva inflamación y cicatrización del hígado.

¿El consumo de alcohol tiene los mismos efectos en los distintos tipos de enfermedad hepática?

Los efectos del alcohol pueden ser muy diferentes, dependiendo del tipo de enfermedad, pero en ningún caso son buenos para el paciente. En este artículo miramos en detalle todos estos efectos. Por ejemplo, en la enfermedad hepática que no tiene el alcohol como causa, su consumo puede llevar a una progresión más rápida de cicatrización y aumenta el riesgo de cáncer de hígado. También empeora los casos de enfermedad hepática por infección del virus de la hepatitis B o C, pero en vías muy diferentes. Los pacientes con enfermedades raras como la hemocromatosis hereditaria, una enfermedad en qué el hígado almacena demasiado hierro y produce un efecto tóxico, los síntomas se pueden agravar en caso de consumir alcohol.

¿El consumo de alcohol tiene efectos en el tratamiento de las enfermedades hepáticas?

El consumo de alcohol retarda la eliminación de virus del cuerpo en enfermedades causadas por infección de hepatitis. Aquellos que consumen más alcohol a menudo tienen problemas en tomar medicación de forma regular, li cual hace que el tratamiento sea menos efectivo. Aunque continuar consumiendo alcohol no afecta algunos tratamientos, no creo que encontremos un médico que lo recomiende. Los pacientes que tienen el hígado deteriorado y necesiten un trasplante también han de ser completamente abstemios. De hecho, la abstinencia total es el objetivo principal en todos los pacientes con problemas de bebida y enfermedades hepáticas, especialmente si ya han desarrollado cirrosis.

¿Cuales son los tratamientos para pacientes con enfermedades hepáticas que quieran dejar el alcohol?

En esta revisión repasamos ampliamente los tratamientos disponibles tanto para combatir los síntomas de abstinencia y también los fármacos que ayudan a la gente a parar el consumo. Hay un tipo de fármacos que ayudan a dejar el alcohol, aunque algunos no son compatibles con cierto tipo de enfermedades hepáticas. Hemos revisado estudios y los resultados son dispares. Los tratamientos también varían según los usados en Europa y los Estados Unidos. Son tratamiento que pueden ser llevados a cabo por médicos expertos, que analicen cada caso, pero el tratamiento debería ampliarse a los profesionales de la atención primaria. En la revisión también hemos valorado las terapias de acompañamiento y son realmente útiles para aquellos que lo quieren dejar, y pueden ser utilizados de forma segura en pacientes con enfermedad hepática avanzada. Hay estudios que también muestran que aquellas personas que reciben información clara sobre el estado de su hígado por parte de los médicos, tienen más disposición a parar de consumir alcohol.

¿Los pacientes con enfermedad hepática alcohólica pueden ser candidatos para un trasplante de hígado?

Sí, aunque hay un considerable estigma asociado a estos pacientes ya que a menudo parece que la enfermedad sea responsabilidad suya. Los pacientes que están en lista de espera deben estar libres de consumo alcohólico como mínimo durante seis meses. Esto es, en parte para demostrar que pueden vivir sin alcohol, pero también para dejar que el hígado se recupere y, en algunos casos, el trasplante ya no es necesario. Sin embargo, evaluar estos pacientes es tarea compleja y los estudios no coinciden en los resultados, y la tasa de recaídas entre los pacientes trasplantados varía en distintos estudios. Los más importante es que los pacientes con enfermedad hepática alcohólica que de dejan el alcohol y reciben un hígado pueden vivir durante mucho tiempo. Solo aquellos que recaen en el consumo abusivo de alcohol tienen peor resultado.

Es decir, ¿no es bueno consumir alcohol?

No, tu médico no te lo recomendará nunca y nadie con enfermedad hepática debería beber alcohol en absoluto. También hay que recordar que mucha gente puede estar en fases iniciales de la enfermedad y no lo saben, y continuar bebiendo les puede hacer empeorar hasta que los síntomas se agraven y les diagnostiquen con una enfermedad hepática avanzada. Pensamos que es buena idea extender el uso de terapias para ayudar a la gente a beber hacia la práctica clínica, y esto debería incluir pacientes con enfermedades hepáticas avanzadas.